miércoles, 24 de junio de 2009

Descubrimiento:Resumen del periodo de la conquista


Resumen del periodo

Tras el Descubrimiento de América, muchos españoles tuvieron la oportunidad de cruzar el Océano Atlántico y llegar al Nuevo Mundo, que se abría ante sus ojos como una fuente inagotable de novedades, y también de fortuna y fama. Hombres como Francisco Pizarro, Diego de Almagro, Pedro de Valdivia, o cualquiera de los anónimos conquistadores que formaban parte de sus huestes, veían en las tierras descubiertas por Colón la posibilidad de convertirse en señores y utilizar el tan anhelado don delante de sus nombres. Sin embargo, eso no era una tarea fácil: el continente era geográficamente desconocido —también sus habitantes— y los peligros a enfrentar, innumerables. Así y todo, con tesón y fortaleza, realizaron la Conquista de América. Las empresas de Conquista Las empresas de Conquista eran organizadas y financiadas por los mismos que las llevaban a cabo, quienes aportaban los capitales y los implementos necesarios para ello. La participación del Estado se reducía a otorgar las licencias necesarias a través de una Capitulación, suerte de contrato en el cual se estipulaban las condiciones en que la Conquista se llevaría a cabo y las recompensas a quienes participarían en ella. Muchas eran las motivaciones de los conquistadores; el servicio al Rey y el deseo de evangelizar estaban presentes en su ánimo en distintos grados. Pero, ante todo, buscaban el ascenso social que obtendrían gracias a la riqueza. Para lograr esta última, era necesario contar con un repartimiento o encomienda de indígenas, grupo humano que en la mayoría de los casos se transformaba en el sustento material de sus fortunas personales. El deseo del enriquecimiento rápido también fue el origen de los malos tratos a que eran sometidos los naturales encomendados. El contacto entre ellos y los conquistadores provocó un rápido descenso demográfico de la población dominada. A ello no sólo contribuyeron las duras exigencias físicas impuestas sobre los indígenas, sino también la propagación de diversas enfermedades que hasta antes del arribo de los europeos eran desconocidas en América. La Corona española, por su parte, siempre mostró preocupación por sus súbditos indígenas, mas las reiteradas órdenes que cursó relativas al tratamiento que los conquistadores debían darles, generalmente fueron desobedecidas. Dos conquistadores: Almagro y Valdivia Chile fue uno de los últimos territorios en ser conquistado. Ello se debió, fundamentalmente, a que el sentido en que los conquistadores se desplazaban por el Nuevo Mundo no estaba marcado por factores de tipo geográfico, sino por las noticias acerca de la mayor o menor riqueza de los territorios. No hay que olvidar que las primeras informaciones —aunque falsas— que Diego de Almagro tuvo sobre esta comarca, señalaban que aquí podría aumentar considerablemente su fortuna. Los hechos le demostrarían lo contrario. Pedro de Valdivia —quien pretendía aumentar su prestigio— pasó por encima de ello y emprendió una travesía que incluyó atravesar el desierto más seco del mundo y que lo trajo finalmente a Chile. Aquí debió enfrentar la dura y tenaz resistencia de los mapuche, la que finalmente, a fines de 1553, le costó la vida. La muerte de Valdivia no sólo implicó la desaparición del caudillo del grupo conquistador, sino también la disputa entre sus hombres más cercanos por el poder, la que finalmente fue resuelta con el arribo del Gobernador García Hurtado de Mendoza. Un nuevo contingente llegaba a Chile y junto a él, dos personas importantes: Hernando de Santillán, quien dictó el primer reglamento del trabajo de los indígenas de encomienda; y Alonso de Ercilla, el primer poeta que cantó al pueblo mapuche. En esta época comenzó a formarse la base de la actual cultura de los países hispanoamericanos. La imposición de las ideas religiosas, costumbres y otros elementos de carácter social de los conquistadores, lentamente fue produciendo una síntesis, que en algunos lugares del continente se enriqueció con los aportes de origen africano, debido a la introducción de esclavos provenientes del continente negro. En materia económica, a las actividades de autoabastecimiento realizadas por los indígenas, se sumó el interés de los españoles por el oro; y en el rubro agropecuario, se adoptaron nuevos cultivos y animales, como el trigo, los bovinos y los caballares. Las tierras pasaron a manos de los españoles, iniciándose de esta manera un proceso de concentración de la propiedad. Las ciudades también experimentaron cambios. Donde ya existían, fueron transformadas, y donde no, establecidas. Esto último no sólo implicaba cuestiones de orden físico, sino también institucional, pues en cada una de ellas se establecía un Cabildo. Además de preocuparse del aseo, la seguridad y del ornato, dicha instancia era el medio por el cual los vecinos manifestaban sus inquietudes de todo tipo. Lograr el dominio español en América y también en Chile, no estuvo exento de episodios violentos, muchas veces marcados por la crueldad. Tampoco faltó, desde ese momento en adelante, la resistencia protagonizada por las comunidades indígenas, actitud que tuvo una de sus mayores muestras en la Guerra de Arauco. Amenazas al dominio hispano Militarmente hablando, en el período de la Conquista la Guerra de Arauco fue un problema casi insoluble. Ni Valdivia ni Hurtado de Mendoza pudieron terminar con este conflicto. Tampoco lo lograron los viejos conquistadores que sucedieron a este último, ni los militares llegados desde España: las victorias hispanas eran seguidas por las de los mapuche en un ir y venir interminable. A esto se sumó otro peligro que llegaba por el mar. La aparición, primero, de Francis Drake, y luego, de otros corsarios ingleses, causó preocupación en Chile y alarma entre las autoridades del Reino y las de la Metrópoli. Veían amenazado el hasta entonces exclusivo dominio español sobre el océano que Hernando de Magallanes había navegado por primera vez en 1520, el Pacífico. En definitiva, dos preocupaciones distintas, aunque una más permanente y de urgente solución. Solo en el siglo XVII la actitud de los españoles ante Arauco cambiaría, aunque para ello debieron enfrentar la muerte de otro Gobernador, Martín García Oñez de Loyola, quien falleció en el Desastre de Curalaba (1598). Este hecho sirvió para marcar el inicio de un período distinto de la historia de Chile: la Colonia.

Descubrimiento. Los comienzos de Chile


Descubrimiento.
Los comienzos de Chile


En Copiapó se agregaron 20 españoles más. Pedro de Valdivia había logrado reunir 150 hombres a pie y a caballo, y un gran número de indígenas. Con toda esta fuerza tomó posesión, en nombre del rey, del territorio que llamaría Nueva Extremadura, pues a esa distancia y latitud terminaban los derechos de Pizarro.
Después de casi un año, en diciembre de 1540, la expedición llegó al valle del río Mapocho, primer destino de la conquista. Las condiciones del terreno, el clima, la abundante población, se prestaban para establecer una ciudad, que con el tiempo se convertiría en la capital de nuestro país.
El 12 de febrero de 1541, Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo en una especie de isla formada por los dos brazos del río Mapocho, a los pies del cerro Huelén -al que los españoles llamaron de Santa Lucía-. Escogió este lugar porque el río y el cerro eran protecciones naturales en caso de algún ataque.
Solo unas semanas después, el 7 de marzo, Valdivia instaló el Cabildo -similar a las actuales municipalidades-, compuesto por dos alcaldes y seis regidores, que tomaban las decisiones para administrar la ciudad; un procurador, que recibía los deseos y reclamos de los vecinos; un mayordomo, que manejaba los fondos; un alguacil mayor, jefe de la policía y alcaide de la cárcel; un fiel ejecutor, que vigilaba que se respetaran los precios establecidos; y otros funcionarios menores. Los primeros alcaldes de Santiago fueron Francisco de Aguirre y Juan de Ávalos Jufré.
Los soldados más destacados recibieron el título de cabildantes, especie de jueces encargados de administrar justicia. En junio de 1541, el Cabildo llamó a todos los vecinos a una asamblea, al saber de la posible muerte de Pizarro a manos de los almagristas y temiendo la pérdida de las encomiendas otorgadas por Valdivia. Lo nombraron Gobernador y Capitán General de Chile en nombre de Su Majestad y por la voluntad del pueblo. Al día siguiente, Valdivia agradeció a sus compañeros, repartiéndoles tierras (mercedes) e indios (encomiendas).

Más sobre Valdivia

En Copiapó se agregaron 20 españoles más. Pedro de Valdivia había logrado reunir 150 hombres a pie y a caballo, y un gran número de indígenas. Con toda esta fuerza tomó posesión, en nombre del rey, del territorio que llamaría Nueva Extremadura, pues a esa distancia y latitud terminaban los derechos de Pizarro.
Después de casi un año, en diciembre de 1540, la expedición llegó al valle del río Mapocho, primer destino de la conquista. Las condiciones del terreno, el clima, la abundante población, se prestaban para establecer una ciudad, que con el tiempo se convertiría en la capital de nuestro país.
El 12 de febrero de 1541, Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo en una especie de isla formada por los dos brazos del río Mapocho, a los pies del cerro Huelén -al que los españoles llamaron de Santa Lucía-. Escogió este lugar porque el río y el cerro eran protecciones naturales en caso de algún ataque.
Solo unas semanas después, el 7 de marzo, Valdivia instaló el Cabildo -similar a las actuales municipalidades-, compuesto por dos alcaldes y seis regidores, que tomaban las decisiones para administrar la ciudad; un procurador, que recibía los deseos y reclamos de los vecinos; un mayordomo, que manejaba los fondos; un alguacil mayor, jefe de la policía y alcaide de la cárcel; un fiel ejecutor, que vigilaba que se respetaran los precios establecidos; y otros funcionarios menores. Los primeros alcaldes de Santiago fueron Francisco de Aguirre y Juan de Ávalos Jufré.
Los soldados más destacados recibieron el título de cabildantes, especie de jueces encargados de administrar justicia. En junio de 1541, el Cabildo llamó a todos los vecinos a una asamblea, al saber de la posible muerte de Pizarro a manos de los almagristas y temiendo la pérdida de las encomiendas otorgadas por Valdivia. Lo nombraron Gobernador y Capitán General de Chile en nombre de Su Majestad y por la voluntad del pueblo. Al día siguiente, Valdivia agradeció a sus compañeros, repartiéndoles tierras (mercedes) e indios (encomiendas).

Biografia de Pedro De Valdivia

Nació en Villa Nueva en Serena de Extremadura (España). Su fecha de nacimiento, se supone, fue alrededor de 1500.
En 1520, se alistó en el ejército prestando servicio al rey Carlos I de España. Cinco años después abandonó el servicio militar y se casó con Marina Ortiz de Gaete. Sin embargo, su espíritu aventurero lo llevó a enrolarse en una expedición de Juan Fernández de Alderete hacia América.
En 1536, fue enviado al Perú, para auxiliar a Francisco Pizarro, quien estaba en medio de una insurrección indígena y sus disputas con Diego de Almagro. Su participación en este conflicto le permitió ser recompensado con valiosas encomiendas.
Valdivia desechó estas riquezas con el objetivo de iniciar una nueva empresa: la conquista de Chile. En 1539, Valdivia le solicitó permiso a Pizarro para conquistar Chile. Este accedió, nombrándolo teniente capitán general, pero dejó en sus manos organizar la expedición.
Finalmente, en enero de 1540, el conquistador salió de Cuzco acompañado de apenas unos pocos soldados e indígenas, siguiendo la ruta del desierto por la que años antes había vuelto Diego de Almagro.
Bordeando la orilla del salar de Atacama, llegó hasta Copiapó. Luego, siguió viaje por los valles de Huasco, Coquimbo, Limarí, Choapa y Aconcagua.
Finalmente, arribó al valle del río Mapocho y el 12 de febrero de 1541 fundó Santiago del Nuevo Extremo.
El 7 de marzo estableció el Cabildo para la administración de la ciudad y el 10 de junio, este eligió a Valdivia como gobernador interino. En septiembre, los mapuches atacaron e incendiaron Santiago.
Valdivia, aprovisionado desde el Perú, reconstruyó la ciudad e inició la conquista del resto del territorio.
En diciembre de 1547, Valdivia viajó al Perú para reabastecerse y para ayudar al rey en el control de una revuelta encabezada por los pizarristas.
Como recompensa, Valdivia fue confirmado como gobernador de Chile (1548).
Valdivia sostenía una actividad conquistadora intensa, ya que estaba determinado a dominar hasta el estrecho de Magallanes. Sin embargo, esto hizo que sus fuerzas quedaran dispersas y debilitadas. Aprovechando esto, los mapuches, que Valdivia creía sometidos, prepararon una gran ofensiva al mando de Lautaro.
El 25 de diciembre de 1553, los españoles fueron derrotados por las fuerzas del toqui mapuche en los alrededores de Tucapel. Valdivia fue apresado y murió en manos de sus captores.


Expedición de Valdivia

A pesar de haber acumulado una fortuna significativa por su participación en el
Perú, su espíritu intranquilo lo llevó a iniciar un viaje a Chile, para dejar gloria y fama de sí. En abril de 1539, Pizarro le dio autorización como su teniente de gobernador para pasar a conquistar Chile, pero eso no implicaba ayuda monetaria, tenía que procurársela por su cuenta. Se asoció con el comerciante Francisco Martínez Vegaso, con el capitán Alonso de Monroy y asimismo debió celebrar contrato de compañía con Pedro Sánchez de la Hoz, antiguo secretario de Pizarro, que venía de regreso de España con la autorización del rey para explorar las tierras del sur del estrecho de Magallanes y el título de gobernador de las tierras que allí descubriese.

Conquista


La Conquista De Chile

La conquista de Chile es un periodo histórico que comprende desde la llegada de Pedro de Valdivia a Chile en 1541 hasta la muerte de Martín García Óñez de Loyola, durante la batalla de Curalaba en 1598.

Después del fracaso de Almagro, nadie en el Perú quería venir a Chile. Pero tres años después del regreso de esta expedición, en 1539, Pedro de Valdivia -experimentado soldado y maestro de campo de Pizarro- le solicitó a su gobernador permiso para conquistar Chile. Pizarro accedió, nombrando a Valdivia teniente y capitán general; pero dejó en sus manos organizar y pagar la expedición.
Nadie entendía las razones por las cuales Valdivia renunciaba a sus bienes y emprendía un viaje hacia un territorio pobre y que era defendido con fiereza por sus habitantes. Por ello sufrió dificultades para armar su expedición, ya que le costó reclutar soldados y, además, su fortuna no le alcanzó y debió asociarse con un rico comerciante, Francisco Martínez. Y por motivos políticos tuvo que asociarse, también, con Pedro Sancho de Hoz, a quien Carlos V había concedido en 1539 la autorización para descubrir y gobernar las tierras situadas al sur del Estrecho de Magallanes.
En enero de 1540, Valdivia salió del Cuzco acompañado por apenas once soldados, algunas decenas de indígenas y una mujer española llamada Inés Suárez, siguiendo la ruta del desierto por la que había regresado Almagro. En esta segunda empresa se pretendía la conquista de Chile y la fundación de asentamientos estables, por lo que llevarían consigo semillas y animales domésticos.
Durante el trayecto, se le unieron a Valdivia algunos grupos de conquistadores que venían de fracasadas expediciones al interior de la actual Bolivia, siendo su capitán Francisco de Villagra.
Bordeando la orilla oriental del salar de Atacama, llegó a Copiapó, tomando posesión de él en nombre del rey, llamándole valle de la Posesión. Luego siguió viaje por los valles de Huasco, Coquimbo, Limarí, Choapa y Aconcagua.
Como este último estaba bajo el dominio del belicoso cacique Michimalongo, Valdivia continuó hacia el sur, cruzó el cordón de Chacabuco y arribó al valle del Mapocho. Este valle presentaba condiciones favorables para establecer una ciudad y esto se llevó a cabo el 12 de febrero de 1541, cuando Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo.
Esta ciudad se emplazó en una especie de isla formada por los brazos del río Mapocho, a los pies del cerro Huelén (actual Santa Lucía). El conquistador había escogido este lugar porque consideró que el río actuaba como barrera natural y el cerro permitía vigilar los movimientos indígenas.
El 7 de marzo, Valdivia instaló el Cabildo compuesto por dos alcaldes y seis regidores, que tomaban las decisiones para administrar la ciudad; un procurador, que recibía los reclamos de los vecinos; un mayordomo que manejaba los fondos; un alguacil mayor, jefe de la policía y alcaide de la cárcel; un fiel ejecutor, que supervisaba los precios establecidos, y otros funcionarios menores. Los primeros alcaldes de Santiago fueron Francisco de Aguirre y Juan de Avalos Jofré.
Las noticias que llegaban del Perú sobre la posible muerte de Francisco Pizarro a manos de los almagristas, despertó la inquietud de quienes temían que Valdivia fuera destituido de su cargo de teniente gobernador. Es por ello que, escuchando los deseos de los vecinos, el 10 de junio de 1541, el Cabildo abierto eligió Gobernador interino a Pedro de Valdivia. El nombramiento, en todo caso, debía ser aprobado por el rey.
Antes de aceptar el cargo -ofrecido en nombre de Carlos V-, Valdivia lo rehusó tres veces, porque no quería romper sus relaciones con Francisco Pizarro, en cuya representación había actuado hasta entonces.